miércoles, 20 de junio de 2007

No es mi problema

"Dr. E, tenemos que hablar sobre el estudiante en prácticas (15 años) que has acogido en el grupo."

"Sí, qué pasa?"

"Pues que T. va a estar en Bessy a partir del lunes que viene durante dos semanas, yo tengo que ir a la universidad cuatro días a la semana y el pobre chaval se va a quedar solo bastante tiempo"

"Ese no es mi problema"

[Jefe: persona especialista en asumir responsabilidades que luego es incapaz de cumplir y acaba pasándoselas al becario.]

....

Y no sé en que dirección derivó la conversación pero al final acabó enfadándose conmigo -como por otra parte suele hacer-. Y mira que le repito miles de veces que yo sería muchíííííííííísimo más feliz si pudiera dedicar el 100% de mi tiempo al doctorado en vez de tener que ir a dos putas clases en la universidad.

[Becario: persona especialista en tragarse marrones sin capacidad alguna de decir no]



Por cierto, actualización de última hora: Poster para Milán, charla para Varsovia.

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Os dejo con una canción del único jefe bueno que ha habido y que habrá.



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viernes, 8 de junio de 2007

Los mil y un usos del poliestireno

Acabo de bajar a los sótanos del HMI a por tres litros de amoníaco al 25%. El amoníaco de la marca "Merck" al contrario que el hidróxido de amonio de "Fluka", viene empaquetado en unas cajas de poliestireno. Caminando de vuelta al laboratorio por los oscuros pasillos del instituto con mis compras en una cestita (como mandan las reglas de seguridad) me he encontrado con una figura seria y eminente que se dirigía hacia mí. Cuando ha visto lo que llevaba me ha parado y me ha preguntado:

- "Qué hace después con el poliestireno del embalaje?"
- "ehhh... lo dejamos... ehhh... en el... en el cubo de la basura." -respondí yo dubitativo y esperando el rapapolvo relativo al reciclaje o a la toxicidad (nula por otra parte) o váyase a saber.
- "Pues esta vez no, dónde puedo recogerlo?"
- "En el B501"
- "Pues ahora nos vemos"

5 minutos más tarde el hombre se pasó por el labo a recoger los envases.

- "Sabe usted para qué los quiero?" me preguntó.
- "Para embalar alguna muestra delicada?, para transportar algún tipo de ácido?" respondí presto.
- "No, no" -se rió- "es para las patatas al horno... se enfrían enseguida. Esto me va a venir muy bien cuando vengan los chicos a comer... sabe usted, son 5, y les gustan las patatas calientes".



Y las tristezas y malas sensaciones que llevo acumuladas estos días, se disiparon por un momento en la humanidad del señor K. y en sus patatas calentitas guardadas en envases de poliestireno para amoníaco.