miércoles, 11 de abril de 2007

Vacaciones en Turingia

O de automatismos, senderismos, y otras formas de hacer el ridículo.


Es una lástima que en Semana Santa en Alemania, los árboles aún sigan pelados, dando un toque excesivamente invernal al paisaje, aunque también es cierto que deberíamos estar ya curados de espanto. Todos los años por estas fechas, los españolitos de pro dirigen sus miradas y sus pasos hacia la costa y todos los años, por estas fechas, los grajos se marcan unos vuelos rasantes que dan miedo. Si eso pasa allá abajo, qué no va a pasar aquí arriba?

De todas formas sí que es cierto que durante este fin de semana se han unido una serie de requisitos que han hecho de estas fechas los ideales para una escapadita de dos días. Después de tanto congresos, compras de piso, visitas... venía bien huir un poco de Berlín y el hecho de que hubiera dos días extra de fiesta nos ha permitido tomarnos las cosas con más tranquilidad. Salimos el viernes a mediodía y el sábado por la noche estábamos de vuelta. Objetivos: Dessau, Weimar, Erfurt y el bosque de Turingia. Logística: coche alquilado en Sixt y habitación en una pensión en Weimar por 52€.

El problema de los indecisos es que cuando quieren actuar ya es demasiado tarde y efectivamente es eso lo que nos pasó cuando fuimos a alquilar el coche. De las gamas bajas no quedaba ni uno y nos tuvimos que decantar por lo que ellos llaman el grupo IMDR que engloba coches de la categoría de un Peugeot 407 con la consiguiente sablada de rigor. El coche en cuestión estaba aparcado en la décima planta del parking del hotel Hilton y no, no estaba Paris en ropa interior lavándomelo cuando fuimos al recogerlo. Era un Subaru enoooorme y nuevo nuevo, con un cuadro de mandos parecido al de la nave Enterprise y "lo mejor de todo", automático.

Para mí los coches automáticos eran un poco como las meigas tecnológicas del siglo XXI. Me habían dicho que había un amigo de un conocido que tenía un primo que una vez vio uno. La escena que se desató en aquel instante era bastante ridícula. Nos tendrías que haber visto en el parking del hotel Hilton, subidos en un cochazo enorme, leyendo las instrucciones para ver qué leches era eso de la P, la N, la R, la D.... Con el aliciente de que si hacías algo mal tenías una preciosa pared al lado contra la que reventar el coche. Otros se habrían echado atrás, pero yo no. Soy demasiado vago como para volver a la filial de Sixt a explicar en alemán que no, que no quiero un coche automático, así que con dos cojones, puse la D y a tirar millas.

Primera parada: edificio de la Bauhaus en Dessau. Primera parada y primera sorpresa porque al ir a aparcar y meter la R, se la pantalla de 8 pulgadas del cuadro de mandos mostró la imagen grabada por una cámara situada en la parte trasera junto con unas líneas indicativas de la distancia con un código de colores para ayudar a la maniobra de aparcamiento. Todo un lujo, como el del edificio, claro. Después de la visita decidimos experimentar un poco más con el coche y a pulsar la pantalla con el dedo se activó el GPS (que conste que no lo habíamos pedido con GPS). Metimos la dirección del hotel en Weimar y para allá que fuimos.

En 200m gire a la derecha.... a esa derecha no, a la otra..... No sé por qué me esfuerzo tanto si luego acabas haciendo lo que te sale de los huevos



Weimar es una pequeña ciudad con mucha historia. Allí residieron los grandes de la literatura alemana de la ilustración y del romanticismo con Goethe, Herder y Schiller a la cabeza. También la Bauhaus tuvo su primera sede en esta ciudad. Artistas de todas las épocas como Lucas Cranach, Paul Klee o Wassily Kandisky pasearon por sus calles. Sita en Weimar está la biblioteca de la condesa Ana Amalia, que ardió en 2004 y cuya destrucción supuso quizá la mayor pérdida para la cultura mundial en los últimos años (no dejéis de pinchar en este link). Paradójicamente los libros iban a ser trasladados un mes más tarde para hacer obra en el edificio.

El hotelito era un antiguo molino situado en la parte oeste de la ciudad a 15 minutos andando del centro. La señora, muy agradable nos guió hasta el cuarto situado en el último piso y nos preguntó que a qué hora queríamos el desayuno. Al parecer no había comedor para los huéspedes y a la hora acordada nos subiría el desayuno en una bandeja y la dejaría en el umbral. Las 9 fue la hora acordada y a las 9 estaba la bandeja de mimbre delante de nuestra puerta. Como una imagen vale más que mil palabras os subo una para que os hagáis una idea. Tened en cuenta que debajo de la bandeja con fiambre todavía había hueco para unos tazones enormes de yogur con frutos secos y unos huevos cocidos!!


Después de tan copioso desayuno emprendimos de nuevo el camino. El GPS guiaba nuestras ruedas en dirección a Erfurt pasando por el campo de concentración de Buchenwald con su megalítico mausoleo y desde allí al bosque de Turingia. El Thüringer Wald es una zona montañosa y arbolada situada en el centro de Alemania. Para ellos es todo un espectáculo porque no creo que diga ninguna barbaridad si afirmo que Alemania (salvo quizás el sur) es un pais paisajísticamente aburrido. El pico que domina la zona alcanza la increíble cota de 916m sobre el nivel del mar y hacía él nos dirigimos. Aparcamos el coche en un parking a la vera de la carretera y enfilamos por uno de los dos senderos que salían de él a través de los bosques. Después de caminar unos 20 minutos llegamos a un cruce con una señal que indicaba que para la cima había que desviarse y subir (trepar diría yo) por un camino unos 500m. Dios mío!! Qué esfuerzos, casi no nos llegaba el aire a los pulmones. Un poco más adelante el sendero trepador se unía a una pista de esquí amplia pero más empinada. Mirando hacia arriba podíamos ver como la cima del monte nos saludaba y lo que es más, como las decenas de coches que había aparcados allí arriba se reían de nosotros. No estamos hechos para estos esfuerzos así que al llegar arriba (y después de dar alguna que otra explicación) nos homenajeamos con un par de trozos de tarta y unos refrescos (por aquello de recuperar la figura, claro) antes de iniciar de nuevo el camino al coche que recordemos había dejado aparcado a tomar por el culo. Eso sí, para volver corrimos literalmente por la pista de esquí y la verdad es que llegamos en un periquete.

Tras montarnos en el coche y visitar un par de pueblos enfilamos rumbo a Berlín no sin antes hacer la merecida visita a la gasolinera. Resumen: pagar más de gasolina que de alquiler de coche es la última de las formas en las que hicimos el ridículo este fin de semana. Pero qué se le va a hacer. A cambio pusimos en práctica la nueva técnica fotográfica importada de Holanda. El jumping!!





Owwww!
I get up, and nothin' gets me down
You got it tough, I've seen the toughest around
And I know, baby, just how you feel
You got to roll with the punches and get to what's real

Ah, can't ya see me standin' here
I got my back against the record machine
I ain't the worst that you've seen
Ah, can't ya see what I mean?

Ah, might as well jump. Jump!
Might as well jump
Go ahead an' jump. Jump!
Go ahead and jump

Ow-oh! Hey, you! Who said that? Baby, how you been?
You say you don't know, you won't know until you begin

So can't ya see me standing here
I got my back against the record machine
I ain't the worst that you've seen
Ah, can't ya see what I mean?

Ah, might as well jump. Jump!
Go ahead and jump
Might as well jump. Jump!
Go ahead and jump
Jump!

(Guitar Solo)

Might as well jump. Jump!
Go ahead and jump
Get it in, jump. Jump!
Go ahead and jump
Jump! Jump! Jump! Jump!


P.D. Perdón por la tardanza en publicar!! Y gracias al usuario anónimo por el consejo del radioblogclub!!!

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2 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Si algún día monto una editorial de viajes quedas contratado para escribir las guías. Me ha entrado hambre, ganas de viajar a esos sitios (pero me llevaré un coche de aquí, con sus marchas de toda la vida de dios que yo no dejaría muro de garaje en pie).
Yo de Córdoba he visto el suelo (si miraba para arriba me caían gotas de lluvia como colirios).

Anónimo dijo...

¡De nada, amigo! ¡Un placer!