viernes, 20 de febrero de 2009

Mi otro yo

Ya comenté en alguna ocasión que tenía la certeza de que había otro yo pululando por ahí y divagué entre otras cosas sobre la cantidad de energía que se desprendería de un apretón de manos entre yo (mismo) y yo (otro) si alguno de los dos resultara ser mi/su antiyó. Además le localicé. Estaba en un cartel de una película. El no sabía de mi existencia pero yo sí de la suya.

La primera antipartícula: imagen de Physical Review 43, 1034 (1933).

A aquello, que ya de por sí tenía su importancia, se ha sumado otro cúmulo de circunstancias que me han llevado a recibir periódicamente mensajes de correo electrónico que van dirigidos a mi nombre, pero que no van dirigidos a mi persona (a menos que tenga un doble vida de la que no sea consciente). En esos mensajes, todos muy cariñosos, me informan de la comunión de mi sobrina Susana, de que mi amigo Luis necesita saber la forma más barata para sacar dinero en Londres, me llegan fotos de las juergas nocturnas de Ernesto, pero no sólo acaba ahí la cosa. Además de la cara lúdica que este nuevo entorno puede ofrecer, y que por cierto, me he sentido tentado a aceptar, también me llegan responsabilidades que al parecer me vería obligado a asumir si de verdad quiero adoptar mi nueva vida con todas sus consecuencias.

Según leo, tengo bajo mi mando a muchas personas y tengo que formalizar los pagos de unas cuantas a las que no se le han pagado lo suficiente. Tengo que confirmar mi suscripción a revistas científicas (tengo la el nombre de usuario y la contraseña en mi correo), tengo que firmar una carta a los proveedores (aunque no tengo aún claro de qué proveen). En fin que no sé muy bien que hacer.

Durante los primeros meses me abstuve. Recibía información y la guardaba sin hacer especial caso. Luego me dio por responder a algunos mensajes. Aclaraba la situación pero me mostraba amigable con mi nueva familia. Explicaba que no era yo el receptor correcto del mensaje, pero felicitaba a Susana por su comunión. El coautor de mi libro, un médico del hospital clínico me pedía una copia de nuestra obra conjunta porque aún no le había llegado y yo le contestaba explicándole que no era yo el receptor correcto del mensaje pero que siempre estaba bien tener un contacto en el Clínico por si vienen mal las cosas.

Estimado Sr. Xxxx.
Lamento informarle de que, aunque mi nombre sea Rodros, no soy el correcto destinatario de su misiva digital. De todas formas siempre es útil tener un contacto en el Clínico, por si se da el caso y hay que pasarse por ahí.
Le aconsejo que revise su libreta de direcciones porque no es la primera persona que me escribe a mi dirección confundiéndome con mi tocayo. Si consigue ponerse en contacto con la persona correcta, le manda un saludo de mi parte, que ya es casi como de la familia.

Atentamente

Rodros (el otro)

Ahora una nueva duda me asalta. Estará mi otro yo recibiendo mensajes dirigidos a mí? Invitaciones a fines de semana frikis, a partidas del Arkham Horror? Los comentarios a mis posts? Qué pensará él de su otro él?

Os dejo con la versión del "clásico" de Chris Isaak (Wicked Game) versionado por Pipilotti Rist, quien cambió el título por el de "I'm a victim of this song" -aunque el que ha subido el tema a goear no se haya dado cuenta y siga llamando a la canción con el nombre original-

11 comentarios:

Irreverens dijo...

¡Uy, uy, uy!
:O

Te cuento: llevo varios meses comprobando que dejo de recibir emails tanto de amigos como de clientes. Uso la misma conexión que mi compañero y él también utiliza gmail, pero en cambio no sufre este "rapto" de correos...

Ahora me pregunto si no será que hay otra Irreverens que los está recibiendo por mí... porque además me consta que hay bastantes personas con mi nombre y primer apellido pululando por el mundo.
:-/

Un besote primaveral (pa' que luego te quejes)
XD

Il Venturetto dijo...

Tremendo.

Imagínate que aparece un Terminator del futuro buscando a tu otro yo y que para encontrarle sigue el rastro de correos electrónicos que te han llegado.

Acabo de acojonarme yo solo...

Il Venturetto dijo...

Por cierto, a la chica esa que grita alguien debería darle un trankimazin...

Irreverens dijo...

Ejem, la versión ésta no acaba de convencerme...

Rodros dijo...

Irre, mi problema está en que para mi servidor de correo el punto no significa nada. Y además que la gente es un poco tonta y no escribe bien las direcciones.

Ventu, tranqui, tendrá que ir primero a Chile y buscarme por ahí. Respecto a lo de la chica gritona yo no me preocuparía. Se desgañitó completamente en el segundo concierto de la gira.

Irreverens dijo...

Ah, vale.
:)

wen- dijo...

De piedra me he quedao, no sé qué decir. Y si te lo cambias por uno realmente extraño? Yoantes tenía uno que era superpedorrita1981@nosequé XD con un mail así es imposible que nada se te escape :D
Qué versión más curiosa por cierto....

Rodros dijo...

Superpedorrita? eeeehhhhhhhhhh... sí, curiosa versión.

Rodros dijo...

Me parto

wen- dijo...

;)

belenmadrid dijo...

a mí me ha pasado! al final conseguí la dirección de mi doble y nos reenviamos los correos que no son nuestros - va en serio! ella vive en ginebra.