Mi viaje a Munich fue agridulce. Empezó torcido cuando mientras esperaba al ascensor leí en mi correo que ese mismo día había una nueva sesión de los famosos Hit and Run-Kino de los que ya he hablado en alguna ocasión. En el plano meramente profesional, la reunión fue muy productiva, pero lamentablemente pasé más tiempo esperando retrasos en los aeropuertos que volando. De hecho para no tener que coger un avión a las 6:30 de la mañana (totalmente inhumano), me aventuré a comprar billetes para el de las 8:00, esperando llegar al aeropuerto de Munich a las 9:00 y a la sede central de Siemens a las 10:00, justo a tiempo para empezar con mi presentación a las 10:30.
Los planes, como normalmente es el caso, cuadran muy bien sobre el papel, pero tienden a irse al garete a la mínima. Eso es lo que intuí que pasaría cuando dieron las 9:30 y aún estábamos en Berlín. Al final llegamos a Munich a las 9:40, corrí a por un taxi (la idea de ir en transporte público -S-Bahn- se había desvanecido ya), iniciamos la contrarreloj de 62 km hasta la meta que alcanzamos a las 10:22, según está confirmado en la factura por 75€ del ala, me acredité, busqué el edificio, subí a la séptima planta y entré en la sala de reuniones para ver con cierta desilusión como mi jefe estaba dando la charla que me correspondía... qué cagada! :(
Rodros rennt
A la vuelta tuve que obviar la idea primigenia de pasar por el Hofbräuhaus a tomarme una cevecilla (de 1 litro), pero al llegar al aeropuerto (esta vez en transporte público) y ver que el vuelo volvía a estar retrasado me tomé una de medio litro en la delegación que tienen en el aeropuerto. Mientras esperaba me entretuve viendo los bailes acuáticos de suizos y turcos, que más que un partido de fútbol parecían una película de Esther Williams.
Al final conseguí llegar a Berlín con dos horas de retraso para ver como una marea turca enfervorecida tomaba las calles para festejar el triunfo de su selección (luego me entere de que una ola de ese mar se había llevado por delante a un amigo que iba en moto, rótula rota)
Ahora estamos puliendo los últimos detalles antes de iniciar nuestras más que merecidas vacaciones. Una semanita en Málaga con una cita ineludible en Córdoba. Allí se casa nuestro amigo el gaitero. Me hace mucha ilusión ir a su boda. Ya hablé de él en una ocasión. Es un tío estupendo y le quiero mucho. OLE OLE Y OLE!!
*vaguería
5 comentarios:
No me jodas, Rodros... ¿Te fuiste hasta Munich para escuchar cómo tu jefa daba la charla?
:O
Bueno, bueno...
Disfrutad mucho en el sur y que vaya súper bien el bodorrio.
:D
Besotes
prepárate para el calorazo que hace ya aquí eh?
oye, la casa esa que se meten por la ventana se parece a una foto de tu casa que pusiste una vez o sólo me lo parece a mi?
He leido el post linkado ¡y he visto mi poesía favorita de Lorca!
Y una historia de amistad...
le copié a Alfman esta semana "el son de los negros en cuba", porque se iba alli...
se cierra un circulo...!?
Por supuesto, a disfrutar de las vacaciones.
Un abrazo
Sí, Irre, básicamente fue eso, aunque luego hubo más de una ocasión para participar de forma activa en la reunión. Besos.
Gemi, ya lo sé. 40 gradetes.... se me derrite el alma sólo de pensarlo. La casa no es la mía, pero una delas primeras cosas que hice en Berlín fue buscar la casa de Lola. Además al lado hay un restaurante al que vamos a veces: El Ständige Vertretung (o debería decir la Ständige Vertretung??)
Un círculo no cerrado nunca es un círculo Joako. Me alegro de que te gustara. Y Alfman me provoca envidia. Ahora que no nos oye y así entre tú y yo, es un jodío cabroncete de órdago.
Vosotras mismas, yo tengo claro que disfrutaré todo lo que me dejen y más!
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