En clave de sol, enclave de soul... qué nombre tan original para un grupo. Voy a ver si monto uno (otro) y nos llamamos así!!
Ah, que ya existe....
Ah, que les conozco....
Ah, que he estado en alguno de sus conciertos a pesar de que vivo a 2800 km de Madrid....
Bueno, pero no deja de ser un nombre original para una banda!
Pues sí amigos, los chicos y chica de Enclave de Soul, después de años de pasear palmito por las salas emblemáticas de los directos madrileños se sacan un discazo de la chistera y nos lo presentan en directo el próximo sábado 31 en el Star Café a partir de las 21:30.
Me adelanto así pues a Géminis en la carrera loca por anunciar posibles planes para el fin de semana. Y para que vayáis saboreando un poco lo que les espera a los suertudos que puedan ir, os dejo con un bonito tema de la banda en cuestión. Si queréis más también tienen su espacio en myspace.
No sé si los integrantes de la banda llegarán alguna vez a esta santa página. Si es así les pido perdón por haber subido su canción a goear y me comprometo a borrarla si ellos lo pidieran.
También recuerdo que cuando la bella vocalista de dicho grupo vino a Berlín, mantuvimos una acalorada discusión sobre la relación entre público y artista. La discusión se basaba en la negativa de muchos grupos a tocar sus canciones emblemáticas. Al parecer Silvio no toca Ojalá por mucho que se lo pidan y por lo que tengo entendido REM hace lo mismo con Shinny Happy People. Yo era partidario de estas conductas, más que nada por respeto al artista. Yo pago por escuchar lo que me quieren contar. Ella decía que no, que el artista se debía a su público y que si este demandaba una canción, debería ser tocada. El artista debe satisfacer a su público.
Y vosotros, qué pensáis?
lunes, 26 de mayo de 2008
jueves, 22 de mayo de 2008
Astros, meriendas y conferencias
Llega el veintitantos de mayo y los géminis estamos que lo tiramos.
Nada mejor que llegar a casa, abrir el buzón y encontrar un paquetito. Dentro había tesoros indescriptibles:
-Una pequeña pieza metálica redonda de cuya parte posterior salía un pincho y en cuya parte anterior había dibujada una mariquita.
-Una caja prismática de plástico con un mecanismo de apertura, dentro de la cual había una delgada corona circular que por un lado era verde y por el otro reflectante y que al ser introducido correctamente en un reproductor de discos compactos y tras manipular el equipo adecuadamente emitía una graciosa musiquilla con predominio de sonidos provenientes de instrumentos de percusión.
-Un paquete de 180 gramos de jamón serrano (hay te colaste Burt Lancaster, porque te pedí cuarto y mitad!! O te sisaron, o me sisaste XD)
-Una nota pidiendo perdón por no haber incluido unas croquetillas (no todo es posible)
Al subir a casa pusimos un poco de pan a tostar (lamentablemente el pan casero se había acabado y sólo quedaba de molde), partimos unas rodajitas de tomate, abrimos una botellita de vino y salimos a la terraza a disfrutar del maná recién llegado de España.
Además ayer nos volvimos a acordar de que estamos en la casa de los géminis mientras escuchábamos atentos una charla de Juan Goytisolo en el Instituto Cervantes de Berlín (que raro, del Chikilikuatre en Belgrado sí que he leído miles de noticias en toooodos los periódicos estatales). Decía que en uno de sus paseos por la Rambla de Barcelona disfrutaba de la multitud de gentes de distintas culturas que se veían. Al llegar a Canaletas vio una manifestación con banderas catalanas y se acercó porque pensó que se trataba de una queja ciudadana contra la gestión de la crisis del cercanías. Al acercarse vio a un tipo con un cartel que ponía "Yo también soy un catalán cabreado", pero al darse la vuelta vio que ponía "Independencia ya". Trató de escaquearse (porque como buen analizador de culturas sabe que sumar es siempre mejor que restar) y se encontró con un grupo mucho menos numeroso que portaban carteles donde se leía "Abrazos gratis". Se acercó, les preguntó si eran de algún partido político o algo por el estilo, se dieron abrazos y volvió por donde había venido lleno de alegría y felicidad.
Queridos blogueros, la pelota se encuentra en nuestro tejado en estos momentos.
Nada mejor que llegar a casa, abrir el buzón y encontrar un paquetito. Dentro había tesoros indescriptibles:
-Una pequeña pieza metálica redonda de cuya parte posterior salía un pincho y en cuya parte anterior había dibujada una mariquita.
-Una caja prismática de plástico con un mecanismo de apertura, dentro de la cual había una delgada corona circular que por un lado era verde y por el otro reflectante y que al ser introducido correctamente en un reproductor de discos compactos y tras manipular el equipo adecuadamente emitía una graciosa musiquilla con predominio de sonidos provenientes de instrumentos de percusión.
-Un paquete de 180 gramos de jamón serrano (hay te colaste Burt Lancaster, porque te pedí cuarto y mitad!! O te sisaron, o me sisaste XD)
-Una nota pidiendo perdón por no haber incluido unas croquetillas (no todo es posible)
Al subir a casa pusimos un poco de pan a tostar (lamentablemente el pan casero se había acabado y sólo quedaba de molde), partimos unas rodajitas de tomate, abrimos una botellita de vino y salimos a la terraza a disfrutar del maná recién llegado de España.
Además ayer nos volvimos a acordar de que estamos en la casa de los géminis mientras escuchábamos atentos una charla de Juan Goytisolo en el Instituto Cervantes de Berlín (que raro, del Chikilikuatre en Belgrado sí que he leído miles de noticias en toooodos los periódicos estatales). Decía que en uno de sus paseos por la Rambla de Barcelona disfrutaba de la multitud de gentes de distintas culturas que se veían. Al llegar a Canaletas vio una manifestación con banderas catalanas y se acercó porque pensó que se trataba de una queja ciudadana contra la gestión de la crisis del cercanías. Al acercarse vio a un tipo con un cartel que ponía "Yo también soy un catalán cabreado", pero al darse la vuelta vio que ponía "Independencia ya". Trató de escaquearse (porque como buen analizador de culturas sabe que sumar es siempre mejor que restar) y se encontró con un grupo mucho menos numeroso que portaban carteles donde se leía "Abrazos gratis". Se acercó, les preguntó si eran de algún partido político o algo por el estilo, se dieron abrazos y volvió por donde había venido lleno de alegría y felicidad.
Queridos blogueros, la pelota se encuentra en nuestro tejado en estos momentos.
domingo, 18 de mayo de 2008
Cómo leer el correo electrónico
Antes:
-Encender el ordenador
-Esperar a que inicie
-Teclear contraseña de usuario
-Esperar a que cargue el escritorio
-Conectarse a la red
-Abrir el navegador
-Abrir la cuenta de gmail
-Leer el correo
Tiempo total: 5-6 minutos
Ahora:
-Abrir la ventana de la cocina y sacar el iPod por la ventana
-Desbloquear el iPod
-Tocar con la yema de mis dedos en Settings y seleccionar WLAN
-Tocar con la yema de mis dedos en Mail
-Leer el correo
Tiempo total: 1 minuto
QUÉ VIVA LA ACTUALIZACIÓN DEL iPod TOUCH!!!
Y con este buen rollito que tengo en el cuerpo no puedo hacer más que subir Venus Nabalera del grupo italiano Mau Mau!! Feliz domingo. A ver si encuentro algo en los mercadillos!
-Encender el ordenador
-Esperar a que inicie
-Teclear contraseña de usuario
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Tiempo total: 5-6 minutos
Ahora:
-Abrir la ventana de la cocina y sacar el iPod por la ventana
-Desbloquear el iPod
-Tocar con la yema de mis dedos en Settings y seleccionar WLAN
-Tocar con la yema de mis dedos en Mail
-Leer el correo
Tiempo total: 1 minuto
QUÉ VIVA LA ACTUALIZACIÓN DEL iPod TOUCH!!!
Y con este buen rollito que tengo en el cuerpo no puedo hacer más que subir Venus Nabalera del grupo italiano Mau Mau!! Feliz domingo. A ver si encuentro algo en los mercadillos!
viernes, 16 de mayo de 2008
Parecidos razonables
Si es que donde hay confianza da asco y, como entre amigos no nos vamos a cobrar, pues claro, luego pasa lo que pasa :)
Tricky y Portishead son dos de las grandes figuras del mal llamado "Trip Hop" que empezó a fraguarse en el área de Bristol a principios de los 90. Os dejo con un tema de Tricky del álbum Maxinquaye ("Hell´s around the corner" de 1995) y con otro de Portishead del álbum Dummy ("Glory Box" de 1994).
(Nota: aunque ponga Tricky feat. Portishead, la que acompaña a Tricky no es Beth Gibbons, sino Martina Topley-Bird, que además de hacerle los coros por aquel entonces sobre el escenario, también se los hacía sobre la cama. Y para más inri, el sample que los dos temas usan no es original de ninguno de los dos, sino de Isaac Hayes, el de la BSO de Shaft (subí hace tiempo la versión de Sammy Davis. Jr.)
Todo por aquí va más o menos bien. El tiempo ha acompañado, al menos hasta hoy, y la ciudad sigue su ritmo tranquilo, plagada de terracitas por todos lados donde tomar un poco el sol con una cerveza fresquita en la mano. Aquellos amigos que nos dieron una buena noticia allá por agosto han vuelto para pasar unos meses en esta ciudad y es una alegría quedar con ellos de vez en cuando y pasar las horas charlando (y tomando cervezas en las terrazas) ante la atenta mirada del "Gordito", también llamado Don Miguel o "La-Buena-Noticia", que casi lo primero que ha sido capaz de enfocar con sus ojitos ha sido la cara peluda de un servidor. Pobre chaval.
Tricky y Portishead son dos de las grandes figuras del mal llamado "Trip Hop" que empezó a fraguarse en el área de Bristol a principios de los 90. Os dejo con un tema de Tricky del álbum Maxinquaye ("Hell´s around the corner" de 1995) y con otro de Portishead del álbum Dummy ("Glory Box" de 1994).
(Nota: aunque ponga Tricky feat. Portishead, la que acompaña a Tricky no es Beth Gibbons, sino Martina Topley-Bird, que además de hacerle los coros por aquel entonces sobre el escenario, también se los hacía sobre la cama. Y para más inri, el sample que los dos temas usan no es original de ninguno de los dos, sino de Isaac Hayes, el de la BSO de Shaft (subí hace tiempo la versión de Sammy Davis. Jr.)
Todo por aquí va más o menos bien. El tiempo ha acompañado, al menos hasta hoy, y la ciudad sigue su ritmo tranquilo, plagada de terracitas por todos lados donde tomar un poco el sol con una cerveza fresquita en la mano. Aquellos amigos que nos dieron una buena noticia allá por agosto han vuelto para pasar unos meses en esta ciudad y es una alegría quedar con ellos de vez en cuando y pasar las horas charlando (y tomando cervezas en las terrazas) ante la atenta mirada del "Gordito", también llamado Don Miguel o "La-Buena-Noticia", que casi lo primero que ha sido capaz de enfocar con sus ojitos ha sido la cara peluda de un servidor. Pobre chaval.
Asociaciones varias
Berlín,
Parecidos Razonables,
Portishead,
Tricky
martes, 13 de mayo de 2008
Beady Belle
Se cruzó por primera vez en mi camino al escuchar la sexta pista del Saint Germain des Pres Vol.II. Tras unas cuantas rayadas electrojazzisticas la voz de Beate S. Lech, profundamente bella, le otorgaba una nueva dimensión al disco. Game. Beady Belle. Noruega.
Al parecer tiene una especie de "aportación puntual de música" con la anteriormente nombrada colección de discos, porque en el volumen IV, también deja su sello con "When my anger starts to cry"
Hace algunos años nos perdimos un concierto suyo en el Tränenpalast pero esta vez nos enteramos con tiempo y sacamos las entradas con antelación. El Quasimodo se parece al Clamores o a la sala Galileo. Llegamos prontito, cogimos unas sillas y nos plantamos en primera fila.
Si hecho la vista atrás sí que recuerdo haber estado en primera fila en algunos conciertos. Me acuerdo de la Sala Canciller II en San Blas, con las actuaciones de La Polla Records, Reincidentes, Koma y un largo etcétera. Allí aprendí a volar y la verdad es que no se me daba nada mal :)
También en un concierto de los Maiden llegué a primera fila. Ayns! Pero lo de ayer está más acorde con los tiempos que corren en mi. No más empujones, no más tíos sudados a mi alrededor. Lo mejor es estar tranquilamente sentadito, con tu cervecita en la mano y con la banda tocando casi en exclusiva para ti. Quién me ha visto y quién me ve.
Os dejo con un precioso tema del último disco.
Al parecer tiene una especie de "aportación puntual de música" con la anteriormente nombrada colección de discos, porque en el volumen IV, también deja su sello con "When my anger starts to cry"
Hace algunos años nos perdimos un concierto suyo en el Tränenpalast pero esta vez nos enteramos con tiempo y sacamos las entradas con antelación. El Quasimodo se parece al Clamores o a la sala Galileo. Llegamos prontito, cogimos unas sillas y nos plantamos en primera fila.
Si hecho la vista atrás sí que recuerdo haber estado en primera fila en algunos conciertos. Me acuerdo de la Sala Canciller II en San Blas, con las actuaciones de La Polla Records, Reincidentes, Koma y un largo etcétera. Allí aprendí a volar y la verdad es que no se me daba nada mal :)
También en un concierto de los Maiden llegué a primera fila. Ayns! Pero lo de ayer está más acorde con los tiempos que corren en mi. No más empujones, no más tíos sudados a mi alrededor. Lo mejor es estar tranquilamente sentadito, con tu cervecita en la mano y con la banda tocando casi en exclusiva para ti. Quién me ha visto y quién me ve.
Os dejo con un precioso tema del último disco.
domingo, 11 de mayo de 2008
El turco
Llevar a un turco a cenar a un restaurante turco implica una responsabilidad que a priori puede parecer nimia, pero que no lo es. Imagínate que te gusta mucho el restaurante chino de la esquina y llevas a un amiguete de ese mismo país a probar el arroz tres delicias o el cerdo agridulce. Lo más probable es que acabes con el bol de arroz de sombrero, o en el caso más favorable con una invitación del chino en cuestión para que vayas a su casa a probar lo que de verdad es la comida china (por cierto, para aquellos que vivan en Madrid, el restaurante "Buen Gusto" en Sta. María de la Cabeza 60 es una opción realmente aconsejable.
Nosotros cogimos el toro por los cuernos (lectores hispanoamericanos, si alguna vez por algún extraño motivo llegáis a esta página, obviad esta frase por favor) y nos lanzamos. Habíamos estado dos o tres veces en aquel peculiar restaurante. Lejos de cualquier ruta turística, situado en un lugar bastante sórdido y con la peculiaridad de ser pescadería por el día y restaurante por la noche, es el sitio donde he comido el mejor pescado de Berlín. Los comentarios de nuestro amigo fueron alentadores: el es típico restaurante turco para turcos, con redes pesqueras en el techo y el omnipresente retrato de Ataturk. Pronto entabló conversación con el camarero (en su idioma, claro) e intercambiaron datos biográficos y geográficos, además de chistes, mofas y chascarrillos varios que, sólo a veces, nos eran traducidos. La comida estuvo genial. Salmonetes, sardinas, boquerones, lubina, ensalada, humus... acabamos la cena con una taza de café turco con su correspondiente lectura de posos y con un té. Luego continuamos la noche en el centro tomando unas cervecillas y unos Gin Tonics.
Aquí en Berlín apreciamos cada día más la cultura turca, a veces más cercana a la nuestra que la alemana. La verdura, la fruta y la carne la compramos en mercados donde el turco es la lengua oficial y donde la gente se agolpa ante la caja exactamente igual que si estuviéramos en España. Dos países unidos por un mar. Dos maneras muy parecidas de ver la vida.
Si alguna vez pasáis por Berlín y os apetece comer pescado "a la española" ya sabéis: Fisch Restaurant Ergun, Lüneburger Strasse 382/Alice-Berend-Strasse.
Nosotros cogimos el toro por los cuernos (lectores hispanoamericanos, si alguna vez por algún extraño motivo llegáis a esta página, obviad esta frase por favor) y nos lanzamos. Habíamos estado dos o tres veces en aquel peculiar restaurante. Lejos de cualquier ruta turística, situado en un lugar bastante sórdido y con la peculiaridad de ser pescadería por el día y restaurante por la noche, es el sitio donde he comido el mejor pescado de Berlín. Los comentarios de nuestro amigo fueron alentadores: el es típico restaurante turco para turcos, con redes pesqueras en el techo y el omnipresente retrato de Ataturk. Pronto entabló conversación con el camarero (en su idioma, claro) e intercambiaron datos biográficos y geográficos, además de chistes, mofas y chascarrillos varios que, sólo a veces, nos eran traducidos. La comida estuvo genial. Salmonetes, sardinas, boquerones, lubina, ensalada, humus... acabamos la cena con una taza de café turco con su correspondiente lectura de posos y con un té. Luego continuamos la noche en el centro tomando unas cervecillas y unos Gin Tonics.
Aquí en Berlín apreciamos cada día más la cultura turca, a veces más cercana a la nuestra que la alemana. La verdura, la fruta y la carne la compramos en mercados donde el turco es la lengua oficial y donde la gente se agolpa ante la caja exactamente igual que si estuviéramos en España. Dos países unidos por un mar. Dos maneras muy parecidas de ver la vida.
Si alguna vez pasáis por Berlín y os apetece comer pescado "a la española" ya sabéis: Fisch Restaurant Ergun, Lüneburger Strasse 382/Alice-Berend-Strasse.
jueves, 8 de mayo de 2008
Circulitos morados y más primavera
El domingo, al llegar a casa después de estar todo el día por ahí fuera, se quitó la camiseta y se sentó. Ella, situada detrás de él, le miró y extrañada le preguntó:
-Qué te ha pasado en la espalda?
-No sé, qué tengo?
-Tienes la espalda llena de circulitos morados, te duelen?
-No, no que yo note.
-Pues son muy raros, a lo mejor es alergia.
-Puede ser, pero cómo? Quizás de cuando estuvimos tumbados en la hierba? A ver si la camiseta tiene algo pegado? No, no tiene nada. Me sacas una foto para que los vea?
-Sí. FLASH!!!. Toma
-Ah! Pues sí, sí que son raros, tan perfectos, tan redonditos, tan.... antinatura.
-Yo creo que deberías ir al médico
-Bueno, si mañana siguen ahí lo pensaré.
El día anterior, aprovechando que hacía buen tiempo, cogimos el coche y nos fuimos a dar un paseo (se sobreentiende que el coche nos llevó al sitio donde íbamos a pasear). En mis etapas ciclistas había pasado varias veces por ahí cerca y la visión de aquella noria gigante y abandonada era bastante atractiva. Dejamos el coche en el parking y seguimos el curso del río bordeando un antiguo parque de atracciones.
El domingo habíamos quedado con compañeros del trabajo para ir a Werder (Havel) a la que es la segunda mayor fiesta popular alemana después de la Oktoberfest. Se llama Baumblütenfest, que viene a ser algo así como la fiesta del florecimiento arborícola. La excursión incluía un apacible paseo en barquito de 2 horas desde el muelle embarcadero de Wannsee hasta la isla de Werder donde se celebraba la fiesta.
Todo el meollo consistía en poner fruta a macerar con azúcar y hacer "vino" de lo que fuera; de fresas, de cerezas, de cosas impronunciables y irreconocibles... Todo ello aderezado con escenarios donde la música popular alemana corría a raudales, atracciones de feria a las que no pudimos resistirnos algunos y la presencia policial a cada hora más marcada.
Ya nos había advertido los conocedores del lugar que la fiesta era muy bonita pero que de unos años a esta parte, grupúsculos neofascistoides corrían a sus anchas por aquellas tierras y proporcionaban titulares a la prensa local. En un primer momento tuvimos nuestras dudas, pero duraron poco. No íbamos a dejar que esa gentucilla se apropiara de una fiesta popular y pusimos nuestra integridad física en manos del resto de la sociedad, que esperábamos pensase igual que nosotros.
Como decía antes, la presencia policial se hacía más palpable con el paso de la horas. No sólo aumentaba su número, sino la capa protectora. Los sencillos y amigables policías locales dejaron paso a la última generación de Terminators con sus exoesqueletos verdes. A eso de las ocho, ya hastiados de tanto vino de frutas, salchichas y atracciones, parte del grupo decidimos poner fin a la fiesta dirigiéndonos en tren de vuelta a Berlín. No nos pasó nada ni a nosotros ni al grupo que se quedó un poco más y no he leído nada en los titulares de los periódicos que me llevara a pensar que los descerebrados la habían vuelto a liar este año.
Me metí en la cama después de una ducha pensando en mis circulitos, que no eran roña porque froté a conciencia. Cerré los ojos y me dormí.
Cuando me desperté a la mañana siguiente sabía perfectamente de dónde venían los dichosos circulitos.
-Qué te ha pasado en la espalda?
-No sé, qué tengo?
-Tienes la espalda llena de circulitos morados, te duelen?
-No, no que yo note.
-Pues son muy raros, a lo mejor es alergia.
-Puede ser, pero cómo? Quizás de cuando estuvimos tumbados en la hierba? A ver si la camiseta tiene algo pegado? No, no tiene nada. Me sacas una foto para que los vea?
-Sí. FLASH!!!. Toma
-Ah! Pues sí, sí que son raros, tan perfectos, tan redonditos, tan.... antinatura.
-Yo creo que deberías ir al médico
-Bueno, si mañana siguen ahí lo pensaré.
Gráfica de temperaturas máximas en Berlín durante las últimas 4 semanas. En un circulito azulón parecido a los que tenía en la espalda se señala el fin de semana en cuestión.
El día anterior, aprovechando que hacía buen tiempo, cogimos el coche y nos fuimos a dar un paseo (se sobreentiende que el coche nos llevó al sitio donde íbamos a pasear). En mis etapas ciclistas había pasado varias veces por ahí cerca y la visión de aquella noria gigante y abandonada era bastante atractiva. Dejamos el coche en el parking y seguimos el curso del río bordeando un antiguo parque de atracciones.
El domingo habíamos quedado con compañeros del trabajo para ir a Werder (Havel) a la que es la segunda mayor fiesta popular alemana después de la Oktoberfest. Se llama Baumblütenfest, que viene a ser algo así como la fiesta del florecimiento arborícola. La excursión incluía un apacible paseo en barquito de 2 horas desde el muelle embarcadero de Wannsee hasta la isla de Werder donde se celebraba la fiesta.
Todo el meollo consistía en poner fruta a macerar con azúcar y hacer "vino" de lo que fuera; de fresas, de cerezas, de cosas impronunciables y irreconocibles... Todo ello aderezado con escenarios donde la música popular alemana corría a raudales, atracciones de feria a las que no pudimos resistirnos algunos y la presencia policial a cada hora más marcada.
Ya nos había advertido los conocedores del lugar que la fiesta era muy bonita pero que de unos años a esta parte, grupúsculos neofascistoides corrían a sus anchas por aquellas tierras y proporcionaban titulares a la prensa local. En un primer momento tuvimos nuestras dudas, pero duraron poco. No íbamos a dejar que esa gentucilla se apropiara de una fiesta popular y pusimos nuestra integridad física en manos del resto de la sociedad, que esperábamos pensase igual que nosotros.
Como decía antes, la presencia policial se hacía más palpable con el paso de la horas. No sólo aumentaba su número, sino la capa protectora. Los sencillos y amigables policías locales dejaron paso a la última generación de Terminators con sus exoesqueletos verdes. A eso de las ocho, ya hastiados de tanto vino de frutas, salchichas y atracciones, parte del grupo decidimos poner fin a la fiesta dirigiéndonos en tren de vuelta a Berlín. No nos pasó nada ni a nosotros ni al grupo que se quedó un poco más y no he leído nada en los titulares de los periódicos que me llevara a pensar que los descerebrados la habían vuelto a liar este año.
Me metí en la cama después de una ducha pensando en mis circulitos, que no eran roña porque froté a conciencia. Cerré los ojos y me dormí.
Cuando me desperté a la mañana siguiente sabía perfectamente de dónde venían los dichosos circulitos.
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